El azafrán de doble tallo, el enebro y Medea

Capítulo 12

AZAFRÁN: Gracias, Euforbia, que perteneces a ese género de plantas tan diverso en cuanto a forma y tamaño. Y también a ti, Encina generosa y frugal. Hola, Iris, cuya vida comienza a estar amenazada en nuestro continente europeo.

Yo nací de la sangre del Titán Prometeo, encadenado a una roca en el Cáucaso,  condenado por Zeus a sufrir que un buitre devorase su hígado, que se regeneraba una y otra vez.

Prometeo,  Frans Snyders y Pedro Pablo Rubens

ROBLE: Por mis santos nudos que ahí Zeus se pasó de la raya.

AZAFRÁN: Pero ahora no viene al caso explicar las aventuras y desventuras de Prometeo, el amigo de la raza humana. Eso ya se hizo en otra ocasión. Todos recordaréis que lo relató el Sauce blanco en nuestro primer simposio.  (1)

Sigue tú, Enebro, árbol dedicado, como yo mismo a las Erinias. A mí hablar no me gusta demasiado.

Enebro de la miera. Juniperus oxicedrus

ENEBRO: Para los árboles foráneos que no me conozcan demasiado bien, diré que mi denominación científica es Juníperus Oxicedrus y me distingo del Enebro común en que mis estróbilos son rojizos, mientras que los suyos son azules.

Yo fui un árbol muy respetado por griegos y romanos, que quemaban mis ramas en lugar del Incienso o el Romero.

En efecto, los griegos me consagraron a los daimones del remordimiento y la venganza, las Erinias, que nacieron cuando Crono, el más joven y audaz de los Titanes, segó los genitales a su padre Urano y la sangre de este último empapó la Tierra.

Orestes, de William Bouguereau

A las Erinias se ha referido en su exposición la Altea Malvavisco, cultivada desde los tiempos antiguos. Los griegos preferían llamarlas “Las Bondadosas”, o lo que es lo mismo, las Euménides, con objeto de mantenerlas apaciguadas. En los sacrificios realizados a “Las Bondadosas” se quemaban ramas de mis árboles y ramas de Ciprés y Cedro. También se quemaban flores sueltas, concretamente Narcisos y Azafranes.

Erinias, Gustave Doré

Alecto, Tisífone y Mégera tienen figura de mujer, son aladas y llevan serpientes enroscadas en sus cabellos. Los romanos las conocieron como las Furias.

Voy a daros una prueba de que yo, Enebro, fui un árbol muy respetado en la antigüedad. Se cuenta que cuando Aníbal destruyó la ciudad hispano romana de Sagunto, respetó un templo de Diana (la Ártemis griega) por estar construido con vigas de mis árboles.

Restos del templo romano de Diana en Sagunto

Pero vamos, Azafrán protector de la salud de los humanos, te toca seguir a ti.

Azafrán. Crocus sativus

AZAFRÁN: Seré breve. A base del jugo de azafranes de doble tallo del Cáucaso hizo Medea una loción que permitió que Jasón, del que se había enamorado ardientemente, pudiera finalmente hacerse con el vellocino de oro. ¡Ya!

Jason y Medea

ROBLE: ¡Cómo que “ya”, chaval!

AZAFRÁN: Que ya. Que mi intervención ha acabado.

ENEBRO: ¡Pero si tienes mucho que contar!

AZAFRÁN: Es que soy flor de pocas palabras y si cuento toda la historia… es muy larga y no quiero liarme.

ROBLE: Resume, Azafrán, nosotros te echaremos una hoja.

AZAFRÁN: ¿Por dónde comienzo?

ENEBRO: Por Medea.

Medea con sus hijos muertos

ENCINA: Por la nave Argo.

TILO: Por Jasón.

ROBLE: Por el vellocino.

AZAFRÁN: ¿Os dais cuenta? Es una historia muy compleja.

Roble. Quercus spp.

ROBLE: ¡Comienza por el vellocino, he dicho!

AZAFRÁN: ¡¡Vale!! El vellocino era la piel de un carnero mágico alado que llevó por los aires hasta la Cólquide a dos jóvenes hermanos: Frixo y Hele, para salvarles de las malas artes de su madrastra Ino, cuya historia nos contará a continuación el Abeto, una de las más bellas coníferas que existen.

ROBLE: ¡¡Sigue!!

AZAFRÁN: Cuando volaban sobre el mar, la niña, Hele, perdió el equilibrio y se precipitó al agua. Por ese motivo el mar tomó su nombre y se llamó Helesponto.

Hele y Frixo, reproduccion de un fresco de Pompeya

El chico, Frixo, llegó a su destino: la Cólquide. Allí, con el tiempo, terminó  casándose con una hija de Eetes, el rey del país.

Medea, por Evelyn de Morgan

Frixo sacrificó a Zeus el cordero mágico y colgó su vellón de oro en un bosque consagrado a Ares el destructor de ciudades.

ROBLE: Concretamente lo colgó de un Roble soberbio.

PINO PIÑONERO: ¡Permiso! ¡Aclaración! La Cólquide limitaba con el mar Negro y con el Cáucaso. Ahora es una región de la actual Georgia. El Helesponto ahora es el estrecho de los Dardanelos.

Araucaria. Araucaria heterophylla

ARAUCARIA*: ¿Pero de donde salió una bestia tan portentosa, che? ¡Un carnero con alas!

AZAFRÁN: Fue un regalo del dios Hermes a la madre de los niños Frixo y Hele, que era una divinidad menor llamada Nube o Néfele en griego.

Néfele
Higuera. Ficus carica

HIGUERA: Es que el dios Hermes, entre otras muchas cosas, es la representación del viento y de los rebaños de nubes que roban la luz del sol.

Hermes, Fresco de Tiépolo en el palazzo Clerici de Milán

ARAUCARIA*: ¿Y para qué regaló Hermes a Néfele un cordero con alas y con el vellón de oro, si puede saberse?

AZAFRÁN: Pues para que los hijos de Néfele, Frixo y Hele, pudieran huir de las maquinaciones de su madrastra Ino, que llevaba tiempo buscando ávidamente la muerte de los dos hermanos.

AVELLANO: Y porque aún no se habían inventado… ¡Ay, Roble! Si no sabes lo que iba a decir. Además ¿dónde queda tu sentido del humor?

Sauce llorón. Salix Babilonica

SAUCE LLORÓN*: No me queda muy claro. Ino …

ABETO: No te preocupes, Sauce Llorón que floreces en invierno. Yo volveré más tarde sobre Ino, Néfele, Hele y Frixo. Y entonces lo comprenderás mejor.

TILO: Azafrán de atractivas flores, si no te parece mal, te ayudo contando brevemente los inicios de la biografía de Jasón,  héroe de Tesalia.

El padre de Jasón había sido destronado por su medio hermano Pelias. Entonces, la madre de Jasón llevó al niño al centauro Quirón y le pidió que le educara como un príncipe que era.

Quirón era conocido como “el Hijo del Tilo” por su madre Fílira, una Oceánide de desconcertante hermosura.  Fílira es como se me nombra en griego.

“El hijo del Tilo” se había encargado, y se encargaría en el futuro, de la educación de muchos jovencitos que luego se convirtieron en héroes de gran fama. Por Quirón, yo, Tilo, me convertí en un símbolo de sabiduría.

AZAFRÁN: Puedo seguir yo, Tilo, árbol de gran talla. Ahora me voy animando. La voz del centauro Quirón se tiñó de un tono paciente y vagamente irónico cuando contestó a la madre de Jasón:

“Yo enseñaré a este niño lo que considere oportuno, pero cuando cumpla veinte años deberá ir a reclamar lo que es suyo”.

Y eso es lo que hizo el joven Jasón. A los veinte años se presentó ante su tío Pelias para reclamarle el trono que en justicia le pertenecía.

Pero Pelias no estaba dispuesto a devolverle el reino e hizo depender la restitución del trono a que Jasón cumpliera con una condición: antes debía traerle el Vellocino de oro. El caso era quitarse a Jasón de encima; con un poco de suerte no volvería y él podría seguir reinando.

Entonces Jasón convocó a un gran número de héroes de toda Grecia.

Jasón convoca a los héroes de Grecia, Annibale Carracci
Boj. Buxus sempervirens

BOJ: Y a una inolvidable heroína: Atalanta, que jugó un papel en el episodio de Altea y Meleagro, como seguramente todos recordáis.

Olivo. Olea europaea

OLIVO: Con el tiempo, Frixo había tenido un hijo. Mi diosa Atenea ayudó al hijo de Frixo, que se llamaba Argo, a construir una gran nave a la que llamaron de la misma forma: el “Argo” o “Argos”.

Encina. Quercus ilex

ENCINA: La proa y el mástil de la nave tenían propiedades oraculares, porque estaban fabricadas con encinas del bosque de Dodona.

AZAFRÁN: Jasón y el resto de los navegantes de la nave Argo fueron conocidos como los Argonautas. Irían a la Cólquide, concretamente a la ciudad de Ea, donde el rey Eetes seguía custodiando el vellocino de oro. El rey Eetes era descendiente de Titanes. Concretamente era hijo del titán Helios, el Sol.

El rey Eetes, detalle del cuadro de Los argonautas en la Cólquide, de Bartolomeo de Giovanni

ESCILA: Eetes era hermano de la hechicera Circe. Yo me referí a Circe cuando hablé de Ulises.

Manzano. Malus domestica

MANZANO: Me parece importante decir que Jasón era el héroe favorito de Hera, la diosa a quien me consagraron. Y que mientras todo esto ocurría, la diosa Hera, de bonitos brazos blancos como la nieve, hablaba en el Olimpo con Atenea sobre cómo Jasón conseguiría hacerse con el vellocino de oro. La sagaz Atenea protectora de ciudades (5) le comentó afable:

“Hera querida, convendrás conmigo en que lo mejor es tomar un atajo seguro. Y quien sabe más de atajos garantizados es Afrodita”.

Afrodita, por Robert Fawler

La áurea Afrodita siempre se mostraba encantada de mostrar su poder, pero esta vez no quiso dejar ningún cabo suelto y pensó en buscar el refuerzo de Eros, el más antiguo de los Inmortales, tan antiguo como la misma Gea.

Eros, Anton van Dyck

AZAFRÁN: Jasón había planteado a los Argonautas la posibilidad de pedir el vellocino al rey Eetes por las buenas. Solo si se negaba a dárselo de buen grado, recurrirían a la fuerza o a alguna estratagema.

El rey Eetes estaba orgulloso de sus posesiones. Tenía un rebaño de caballos blancos, regalo de su padre Helios. Tenía un maravilloso palacio  construido por el hábil dios Hefesto en agradecimiento al auxilio que Helios le prestó en la guerra que los dioses mantuvieron contra los Gigantes: la Gigantomaquia.

Tenía el vellocino de oro que le había regalado su yerno Frixo.

Vellocino de oro de Felipe II

Y tenía hijos e hijas. Una de ellas, fría como el acero. Su nombre: Medea.

Eetes recibe en el salón del palacio a Jasón y a los Argonautas de muy malos modos. En ese momento, sigilosa, expectante, entra Medea.

Medea la hechicera, Valentine Cameron

CIPRÉS: Y Eros disparó una de sus flechas de madera de Ciprés directamente al corazón de Medea.

AZAFRÁN: Medea tenía una aptitud innata para la hechicería, que compartía con su tía Circe, de quien nos ha hablado la flor Escila de pétalos con punta roma.

ENEBRO: “Medea la de bellos tobillos” (2). Decir su nombre y sentir un escalofrío es todo uno.

ENCINA: No exageres, Enebro.

AZAFRÁN: Cuando el rey Eetes vio que su hija Medea hablaba de forma tan amable y encantadora con Jasón, sintió cierta vergüenza de sí mismo y cambió su antipática actitud inicial. Prometió entregar el vellocino a Jasón, aunque con ciertas condiciones. Primero el héroe debía uncir dos enormes toros, creación también del dios Hefesto, el inmortal cuyas manos eran de una creatividad a todas luces divina.

Jason unciendo los toros de Eetes

Los toros tenían pezuñas de bronce y exhalaban fuego por las fosas nasales. Luego Jasón debía arar con ellos un extenso campo dedicado al inmortal Guerra (Ares). Después debía sembrarlo con los dientes que le había dado Atenea, los que sobraron de la siembra de Cadmo en Tebas, de la que nos hablará el Avellano que florece de enero a abril.

ROBLE:Lo tengo omón” pensó Jasón. “Omón” era como se decía crudo en griego.

AZAFRÁN: No contaba con el inmenso poder de Eros y con la habilidad de Medea.

Papiro. Cyperus papyrus

PAPIRO: De hecho, el nombre de Medea significa “hábil”.

AZAFRÁN: Medea hizo jurar a Jasón que se la llevaría con él en la nave Argo:

“Júrame también por todos los dioses del Olimpo que me serás fiel toda la vida”. Y Jasón juró.

 Medea recolectó gran cantidad de mis flores y preparó con ellas una loción color de sangre que haría inmune a Jasón al aliento de fuego de los toros.

Azafran, Cristina Figueroa

Jasón se untó la loción por todo el cuerpo; también untó con ella su lanza y su escudo. Así, protegido por la loción elaborada con mis flores, pudo someter a los toros y uncirlos a un arado, con el que aró todo el día, sembrando al anochecer los dientes que le habían sobrado a Cadmo y que le había dado Atenea, la diosa de brillantes ojos garzos. De los dientes surgieron hombres armados, igual que le había ocurrido a Cadmo.

Casuarina

CASUARINA*: Cadmo… ¿Quién era Cadmo?

LAUREL: Yo hablaré de Cadmo a continuación, Casuarina siempreverde común en las regiones tropicales.

GRANADO: También lo haré yo. Me chifla esa historia.

AZAFRÁN: Mejor. Así yo me ahorro entrar en detalles acerca de cómo sucedió que los guerreros terminaran matándose entre sí, como ocurrió en la historia de Cadmo que contaréis después.

           Por su parte, el rey Eetes, como era de esperar, se negó a cumplir lo prometido. Se mantenía en sus trece de no desprenderse del vellocino de oro. No sabía que su hija Medea ya le había traicionado.

Es tu turno, Enebro, de acículas cortas y punzantes cuyas bayas utilizan los humanos como aromatizantes

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ENEBRO: Allá voy. Medea condujo a Jasón y a algunos de sus compañeros al bosque consagrado a Ares, el dios revestido de bronce (5). Allí estaba el vellocino guardado por un dragón infame e inmortal más grande incluso que la nave Argo.

ROBLE: Sí. El reptil era chungo. Quiero decir que daba pavor. Podían contarse hasta mil de sus roscas enrolladas al tronco de mi árbol; era un Roble centenario.

Vid. Vitis

VID: El dragón había nacido de la sangre de Tifón herido por el muy poderoso Zeus. Tifón fue hijo del pavoroso Tártaro y el último y más bestial de los hijos de Gea.  Gea lo concibió con el fin de castigar la excesiva insolencia y audacia de sus nietos: los dioses Olímpicos.

ENEBRO: Medea cortó unas ramas de uno de mis Enebros, las empapó en una sustancia soporífera y las utilizó para rociar con ellas los repulsivos párpados de la bestia.

Amapola. Papaver somniferum

ADORMIDERA: Seguramente utilizó mis flores para fabricar esa sustancia soporífera.

ENEBRO: Es más que probable, Adormidera. Con mis ramas empapadas en aquella sustancia y echando mano de una serie de encantamientos, Medea  apaciguó del todo al dragón.

              Con gran cautela, Jasón descolgó el vellocino (*). Y luego “pies, para qué os quiero” Medea, Jasón y el resto de los Argonautas corrieron a embarcarse en el Argo y huyeron de la Cólquide.

Aligustre. Ligustrum vulgare

ALIGUSTRE*: Y aquí acaba la historia.

ENEBRO: En absoluto, Aligustre nativo de la mitad sur de China. La historia se alarga, pero ya no me compete a mí, ni tampoco al Azafrán, contarla. Sólo sé que Jasón incumplió el juramento hecho a Medea de serle fiel toda la vida.

ENCINA: Quiero romper una lanza por Medea, que adquirió una nefasta fama que ha  pasado a la posteridad. Algunas versiones de la historia de Medea cuentan que dio muerte a los dos hijos que había tenido con Jasón para vengarse de su infidelidad. 

Medea huyendo de Corinto con sus dos hijos muertos

Es evidente que Medea era dura como el diamante y había demostrado en más de una ocasión una crueldad acerada que daba miedo. Pero yo os  digo que una madre jamás mataría a sus hijos para vengarse del padre de estos. Os ruego que disculpéis mi arrebato feminista.

Ailanto. Ailanthus altissima

AILANTO*: Nada hay que disculpar, Encina. Los árboles nunca terminaremos de comprender a especie tan extraña como la humana.

ENCINA: Qué razón tienes, Ailanto originario de China que por tu rusticidad te has adaptado bien a España, mi amado país.

           Y ahora va a continuar el alto y erguido Abeto, árbol de sugestiva belleza y de madera muy apreciada por los humanos por su blancura. En mi país, Abeto, eres especie de alta montaña, amante de la sombra.

ENEBRO: El Abeto blanco es el Abeto por excelencia, el antiguo Abeto citado por los clásicos, como Virgilio. Todos deseamos oír lo que tengas que contar, admirado Abeto.

Próxima lectura:

«Melicertes y el abeto»

Capítulo 13

Elena Huerta Fernández para VISISTARB MADRID