El Taray era Mírice

Capítulo 27

Taray. Tamarix spp.

TARAY: Gracias, Jacinto, cuya única y densa espiga de fragantes flores puede tener distintas tonalidades: blancas, amarillas, rojizas o azules.

Los humanos también me llaman Tamarix, Tamariz y Tamarindo y, entre otras cosas, les resulto útil para fijar dunas.

Cyperus papirus

PAPIRO: La palabra Tamariz deriva del latín. Puede ser que la etimología provenga del río Tamaris, de la provincia romana de la Hispania Tarraconensis.

TARAY: Si os digo que mi aparición en el mundo se debió a la metamorfosis de una muchacha en árbol, me diréis –y con razón- que no es algo que pueda argüir en exclusividad. Es algo que comparto con otros árboles y con otras plantas.

Mujer árbol, Con´TesseArte, Rumania

La chica en cuestión se llamó Mírice, y no se sabe con seguridad si era hermana de otra joven mucho más célebre: Mirra a quien también se conocía como Esmirna.

Mirra, madre de Adonis, Marcantonio Franceschini

Si he de seros sincero, desconozco los motivos de la transformación de Mírice en mí mismo. Solo me lo explico por el hecho de que la propia Mirra se hubiera transformado antes en el Árbol de su mismo nombre; y que Mírice hubiese tomado la decisión de seguir el mismo camino que su hermana. (6)

Esmirna, arbol de la Mirra

Pero voy a intentar despejar algunas de las sombras que oscurecen la historia de ambas hermanas. Me remontaré a su bisabuelo. Se trata de un personaje que  llegó a ser el creador –imagino que sin proponérselo- de un verdadero arquetipo, de esos que los humanos no han olvidado a lo largo de la historia. Me refiero a Pigmalión.

Pigmalión representa el creador que se enamora de su propia obra. Pero vayamos a la leyenda. Como  iréis viendo, en este caso hay bastantes puntos de desacuerdo entre los mitógrafos.

Mientras algunos dicen que Pigmalión fue el primer rey que hubo en la isla Chipre, otros dicen que el primer rey chipriota fue su nieto Cíniras.

Pero en lo que todos están conformes es en que Pigmalión era un gran artista y en que esculpió en marfil una estatua femenina de tamaño natural tan graciosa y de porte tan elegante que se enamoró de ella.

Pigmalión y Galatea, Alicia Brizzo, 2009

Pigmalión rogó a la diosa del amor, la risueña Afrodita, que le otorgase una esposa que se asemejara lo más posible a la estatua que él había creado.

Pygmalion priant Vénus d’animer sa statue, Jean-Baptiste Regnault

Aquel día Pigmalión se fue a participar de la celebración de una fiesta dedicada a Afrodita. Ya anochecido, volvía a su casa disfrutando del paseo. La noche estaba en calma. El aire parecía estar habitado por un oscuro misterio.

“¡Qué auténtico es este himno sencillo y plácido de los grillos a la Noche… Solo en el presente se vive lo firme, lo seguro … la Tierra, los árboles, los insectos, las estrellas  … todo es música.” – iba pensando Pigmalión.

Imaginaos la sorpresa de Pigmalión cuando entró en su casa y encontró que la escultura que tanto le gustaba había cobrado vida. Pigmalión y la joven en quien se había convertido la estatua se casaron. Tuvieron una hija  a la que llamaron Pafo.

Pafo era una auténtica beldad, como su madre. Y al enamoradizo Apolo no le pasó desapercibido el seductor encanto de la chica.

Obra de Fredereic Leighton

Pafo y Apolo fueron padres de un hijo: Cíniras. Cíniras fue el padre de Mírice, la chica que acabó  transformándose en mí mismo.

Unos dicen que Cíniras nació en Chipre y que heredó el trono de su abuelo Pigmalión. Otros dicen que fue Cíniras el primer rey de Chipre y no su abuelo. Son mayoría los que defienden que no había nacido allí, sino que provenía de la asiática ciudad de Biblos.

Biblos, la cuna del alfabeto

PINO PIÑONERO: Biblos estaba al norte de Siria.

TARAY: Como les ocurría a otros hijos de Apolo, también Cíniras disfrutó del don profético y de la aptitud para la música que caracterizaban a su radiante padre.

Se cuenta que Cíniras descubrió las minas de cobre e inventó la fabricación del bronce y la forma de trabajar con esta aleación.

Con ello trajo la civilización y la riqueza a Chipre. Cíniras fue amado por Afrodita, que le proporcionó riquezas notables y alargó su vida muchísimos años; se decía que más de ciento cincuenta.

Afrodita, por Lana Frey
Robinia. Robinia pseudoacacia

ROBINIA*: Qué raro que el Avellano no diga: “¡Venga ya!”

TARAY: “Y es que, cuando ha sido plantada con la ayuda de un dios, es más duradera para los hombres la fortuna. Como aquella que colmara antaño de riquezas a Cíniras en la marina Chipre.”   (3)  No lo digo yo. Lo dice Píndaro, el poeta.

Mirto. Myrtus communis

MIRTO: Algunos dicen que Cíniras introdujo en Chipre el culto a Afrodita.

TARAY: Es que, tras surgir de la espuma del mar, la diosa Afrodita había tocado tierra por primera vez en Chipre.

Afrodita, por Robert Fowler

La isla fue un importante centro de culto a Afrodita, a la cual se la nombra  en muchas ocasiones como Cipris.

Ya he dicho que la historia de Cíniras es un ejemplo de versiones contradictorias. En una de estas versiones Cíniras también es padre de Mirra.

Mirra y Ciniras’. Grabado de Virgil Solis

Mirra, a consecuencia de un castigo de Afrodita, concibe una pasión incestuosa hacia su padre –en la que Cíniras fue víctima de un engaño y no tuvo responsabilidad ninguna-   pero  que finalmente le llevó al suicidio

Mirra condenada por incesto, Gustavo Dore

y a Mirra a sufrir un nuevo castigo por parte de los dioses que la convirtieron en el Árbol de la Mirra.

El hijo de Mirra fue Adonis, que  nació del tronco del árbol. Si era cierto que Afrodita amaba a Cíniras a mí no me cuadra demasiado esta versión.

AVELLANO: “Si era cierto… Si era cierto.”

ROBLE: ¡AVELLANOoo!

TARAY : En otras versiones, Mirra no es hija de Cíniras, sino hija del rey de Siria; y Adonis es un hijo de Cíniras y de su legítima esposa. Sobre la muerte de Cíniras tampoco hay acuerdo. Se rumoreaba, según  algunos, que Apolo lo había matado, celoso de sus dotes musicales.

Los músicos, Caravaggio

BAOBAB*: Eso resulta de lo más incongruente.

TARAY: Tienes razón, Baobab del sur del Sahara. Si damos crédito a Píndaro (y a los poetas siempre hay que darles crédito), Apolo quería a Cíniras como su hijo que era.

ROSAL: Ya sé a qué versos te refieres, Taray de flores rosadas: ”… cantan a menudo las voces de los chipriotas a aquél, a quien de todo corazón amó Apolo de áurea melena, a Cíniras”. (3)

OLMO: El rey Cíniras fue contemporáneo de la guerra de Troya. Los griegos le pidieron que se uniese a ellos y Cíniras les prometió enviar cincuenta naves. Pero solo una llegó a Áulide. El resto de las naves las había moldeado en pequeño tamaño con arcilla y las había metido dentro de la nave verdadera.

TARAY: No fue así, Olmo de tronco recto y grueso. Las cuarenta y nueve pequeñas naves de arcilla se deshicieron en el mar junto con sus tripulaciones, fabricadas del mismo material. El caso es que no puede decirse que Cíniras incumpliera su promesa hecha a los griegos.

Guerreros de terracota de Qin Shi Huang

PINO PIÑONERO: En Áulide fue donde, según la Ilíada, los griegos embarcaron rumbo a Troya. Es una ciudad portuaria de Beocia, frente a la isla de Eubea.

TEUCRIO: ¿Recordáis que yo contaba que, cuando la guerra de Troya  terminó, Teucro se estableció en Chipre? Allí fundó la ciudad chipriota de Salamina en recuerdo de su ciudad de nacimiento del mismo nombre.

Antigua ciudad de Salamis

TARAY: Lo recordamos, Teucrio. Contabas que Teucro, el hermano de Áyax el Grande, se casó con Eune, otra hija del mítico Cíniras.

HIGUERA: Querido Taray de tronco tortuoso, ¿vas a hablar de lo que hizo mi dios Hermes al poco tiempo de nacer? El hecho te incumbe. ¿Cómo se las arreglaría el Hermes niño para robarle a Apolo  cincuenta vacas?

TARAY: Ahora lo explico, Higuera de grandes hojas palmeadas. Nada más nacer, Hermes robó cincuenta vacas del rebaño de su hermano Apolo.

Para no ser descubierto, el pequeño Hermes pensó que debía borrar el rastro que iban haciendo los animales. Como era tan inteligente, se las arregló para hacer que las vacas caminasen hacia atrás. Él, por el contrario, las arreaba caminando de frente a los animales.

Para borrar las huellas del ganado y que Apolo no se percatase del hecho, el pequeño Hermes se fabricó unas sandalias con mimbre y las ató ramitas de mis árboles.

MIRTO: ¡También utilizó pequeñas ramas de mis arbustos!

TARAY: Sabes de lo que hablas, Mirto  que en Grecia simbolizabas la fidelidad.

Y ahora decidme: ¿cabe mayor honor que el de ceder la palabra al rey de los árboles, el fuerte, el alto y robusto Roble de tortuosas y nudosas ramas, árbol insignia del mismo Zeus?

Próxima lectura:

Capítulo 28

«Dos buitres en el roble»

Elena Huerta para VISITARB MADRID