Áyax el Grande y Espuela de Caballero

Capítulo 24

Espuela de caballero. Consolida ajacis

CONSOLIDA AJACIS: Gracias, Centaurea originaria de Europa sudoriental que gustas de habitar en campos de cereales; flor, desgraciadamente, cada vez más rara.

 Para los árboles foráneos que no sepan de mí, diré que se me conoce también como la Espuela de Caballero. Los humanos -esa especie que a todos nos tiene preocupados y en suspenso- suelen cultivarme en sus jardines por mis flores; aunque es fácil encontrarme naturalizada en los bordes de los caminos. Vivo en toda Europa y en la región mediterránea.

El poeta latino Ovidio acierta cuando dice que yo aparecí en este nuestro amado planeta en el preciso instante en que Áyax el Grande murió. Cuando su sangre regó la tierra, “al filo del alba”, (3) surgí yo a la vida.

Ulises tenía a Áyax por “el más bello en figura y también en facciones de los dánaos” (*)  después de Aquiles (4).

Áyax nació en la isla de Salamina.

Su padre era el rey, y se llamaba Telamón. Le conocimos cuando la Altea Malvavisco nos presentó a los personajes que formaron parte de la cacería de Meleagro.

Representacion de Telamon, en el Palacio de Justicia del estado de Delawey, Ohio

La madre de Áyax, Peribea, fue una de las jóvenes que Teseo salvó de una muerte segura frente al depravado Minotauro en el Laberinto cretense.

Jóvenes sacrificadas al Minotauro

Peribea trajo al mundo a su hijo Áyax mientras en su casa se celebraba un banquete con Heracles como invitado. El héroe se quitó de los hombros la piel del león que utilizaba normalmente como capa y envolvió con ella al recién nacido.

Esto hizo invulnerable el cuerpo del niño, excepto en ciertos puntos donde el carcaj de Heracles se interpuso entre la piel del crío y la piel del león; concretamente el hombro y la axila.

Áyax se convirtió en un joven muy apuesto y de gran fuerza y altura; a su corpulencia se debe que le llamaran Áyax el Grande. Era de carácter bondadoso, aunque rudo; franco, poco hablador, leal, calmado y de un valor imposible de superar.

Ayax el Grande, por Andrew Walaszke

El padre de Aquiles y el de Áyax eran hermanos, y Aquiles tuvo un gran afecto por su primo.

Los amigos Ayax y Aquiles jugando a los dados

Áyax fue con Ulises y con el prudente anciano Néstor a buscar a Aquiles con el objetivo de convencerle para que participara en la guerra de Troya. Áyax fue uno de los héroes más importantes en esta famosa guerra.

Hemos desgranado las virtudes de Áyax, pero no busquemos entre ellas la humildad porque no la encontraremos. Por el contrario, el héroe pecaba de orgullo, y el orgullo terminaría ocasionando su ruina.

Cuando Áyax parte a la guerra de Troya, su padre, el rey Telamón, le despidió abrazándole y dirigiéndole unas palabras que podrían parecerse a estas:

“Hijo, esfuérzate en la contienda, pero pide siempre ayuda a los dioses”. A lo que Áyax respondió:

“Padre, con ayuda de los dioses cualquier cobarde puede alcanzar la gloria. Yo no necesito la ayuda de los dioses; alcanzaré la gloria por mí mismo”.

CATALPA *: No digas más, Consolida Ajacis. Los dioses se enfadaron.

CONSOLIDA AJACIS: Así fue, Catalpa, árbol de rápido crecimiento originario de América del Norte y del Este de Asia. Pero hay más. Durante la guerra contra Troya, en una ocasión en que Atenea iba a prestarle su apoyo …

OLIVO: Permíteme que lo cuente yo, Consolida de hojas profundamente divididas. Áyax se dirigió a la invencible Atenea con una falta absoluta de respeto:

“Apártate de aquí; puedes ir a socorrer a mis compañeros. Me basto yo solo para que, por aquí, no pase nadie”.

Atenea era diosa de paz, pero también tenía mucho genio. “Esta te la guardo, insolente” debió decir la diosa de ojos glaucos en su interior.

Espuela de caballero

CONSOLIDA AJACIS: Gracias,  Olivo, árbol longevo y robusto. En la guerra de Troya sólo Aquiles superaba a Áyax. Por su corpulencia y altura Áyax era el bastión de los griegos. Nadie más que Áyax hubiera sido capaz de portar las armas que llevaba. Eran extremadamente pesadas. Su escudo estaba formado por siete pieles de buey y una capa de bronce.

Olivilla. Teucrium fruticans

TEUCRIO: Detrás de ese escudo luchaba siempre su hermano menor: Teucro, de quien hablaré yo a continuación.

CONSOLIDA AJACIS: Áyax luchó contra el héroe y príncipe troyano Héctor.

ROSAL: Héctor, columna invencible, inquebrantable de Troya (3).

Ayax lanza una piedra a Hector, pintura de Luigi Sa

CONSOLIDA AJACIS: En la pelea, ninguno de los dos guerreros pudo ser declarado vencedor. Cuando ambos, exhaustos, dieron por finalizada la lucha, Héctor, reconociendo la valía de Áyax, le regaló su espada. Áyax la llevó con orgullo a partir de ese momento. Finalmente sería la culpable de su muerte.

Hector y Ayax separados por los heraldos, ilustracion de John Flaxman.

El griego, a su vez, regaló al troyano un valioso cinturón de púrpura. Más tarde Aquiles arrastraría el cadáver de Héctor con este cinturón.

Cuando Aquiles muere –acontecimiento que, como nos aclaró la Euforbia no se relata en la Ilíada-  Áyax y Ulises fueron los únicos que defendieron el cadáver, luchando en torno suyo.

En los juegos fúnebres que los griegos celebraron en honor de Aquiles, Áyax resultó vencedor en la prueba de disco.

Manzano. Malus domestica

MANZANO: Tetis, la Nereida de los pies de plata (4) madre de Aquiles, decidió que las armas que habían sido de su hijo pasaran a pertenecer al superviviente más valiente de los  griegos.

CONSOLIDA AJACIS: Áyax y Ulises fueron los únicos que se atrevieron a reclamar las armas de Aquiles.

Los argumentos entre Ayax y Ulises para ver quien se lleva las armas de Aquiles, por Agostino Masucci

Agamenón, el caudillo principal de los griegos, no era en absoluto partidario de Áyax. El  sensato Néstor recomendó entonces a Agamenón que mandase alguien a espiar al pie de las murallas de Troya a ver qué decían al respecto los enemigos troyanos. Los espías pudieron oír la conversación de unas jóvenes troyanas. Una decía:

“¡Qué admirable valor el de Áyax! ¡Hay que tener mucho coraje para retirar el cadáver de Aquiles a pesar de la lluvia de flechas que caía sobre él!”.

 OLIVO: Pero Atenea, la diosa del Olivo, cuya predilección por Ulises es de todos conocida, tomando la figura de otra joven replicó:

“¡Bah, hasta una esclava hubiese hecho lo mismo si alguien le hubiera puesto el cadáver sobre la espalda! No fue Áyax, sino Ulises el que puso más en riesgo su vida.”

CONSOLIDA AJACIS: Finalmente, Agamenón, que albergaba hacia Áyax un sentimiento cercano al odio, entregó las armas a Ulises y una cólera sin palabras se apoderó de Áyax. El héroe tomó la decisión de vengarse de sus compatriotas griegos.

Ayax Telamonio, por Orfeo Soler

Pero no contaba con Atenea. La diosa, la indómita hija de Zeus, la de aterradora mirada (2) nubló su mente, y en el ataque de locura que le sobrevino mató con su espada a todos los animales que los aqueos habían robado a los troyanos y que constituían el botín de guerra. En su enajenación, incluso creyó matar a Agamenón cuando mataba un carnero. Y azotó a otro carnero, atándole a una columna, confundiéndole con Ulises.

Soldado griego, Ernest Descals

Cuando el formidable guerrero recuperó la cordura, su sentimiento de vergüenza y oprobio, y su frustración por el orgullo herido fueron tan profundos como el más hondo de los pozos. El dramaturgo Sófocles pone en boca de Áyax estas palabras:

“¿Ves al intrépido, al animoso, al que en destructores combates no tembló jamás? A mí, terrible por mis manos, entre animales que no producen temor. ¡Ay de mí, motivo de irrisión! ¡Cómo he sido ultrajado!” (12)

Apocalipsis de vida, Antonio Lucarelli

Si he conseguido que os hagáis una idea de cuál era la personalidad de Áyax, comprenderéis que el formidable guerrero no pudiera superar aquella dolorosa humillación. En su entendimiento no cabía más que una solución. “No es de médico sabio entonar  palabras de conjuros ante un mal que hay que sajar.”   (12)

Frente a la muerte, P.Picasso

La única solución que se le venía a la mente era la muerte. Pidió que cuando su hermano Teucro regresara, cuidase de su pequeño hijo Eurísaces. Pidió también a los suyos que impidiesen que su cadáver fuera ultrajado.

Ayax y Tecmesa. Fotografía de Jero Morales. Festival de teatro en Mérida

Los ruegos de su amante Tecmesa, madre de Eurísaces, no hicieron la más mínima huella en su ánimo.

Áyax rogó a las Erinias de largos pasos que le vengaran. Cogió su espada, la que su digno enemigo Héctor el troyano le había regalado…

…la fijó en la tierra y se arrojó sobre ella.

Pero la espada quiso eludir la voluntad de Áyax y se arqueó. Finalmente, Áyax colocó la punta de la espada contra su axila y se lanzó con fuerza contra ella.

“¡Ah oscuridad que eres luz para mí! ¡Oh Érebo, que me resultas muy luminoso! Recibidme, recibidme como habitante, recibidme. Ni a la estirpe de los dioses ni a la de los efímeros hombres soy ya digno de mirar esperando ayuda alguna.”   (12)

Áyax vio cómo todo giraba en torno a sí mismo. El horizonte aparecía cercano y circular. Él era el punto central de una circunferencia sin roturas ni fondo. Esto era lo cierto. Lo asequible. Lo seguro. El abrazo. La muerte.

Álamo negro. Populus nigra

ÁLAMO NEGRO: Pasado el tiempo, cuando Ulises visitó el Hades  vio con tristeza que el fantasma de Áyax fue el único que permaneció alejado de él. “De los muertos restantes allí continuaban las sombras afligidas… Sólo allí la de Áyax… distanciada me miraba enojada porque le vencí… ¡Ojalá no le hubiese vencido jamás en el fallo, pues la tierra no hubiese cubierto cabeza tan noble”. (4)

Ulises en el Hades, grabado en madera 1880

CONSOLIDA AJACIS: A la muerte de Áyax, su cadáver no fue quemado, sino enterrado en un ataúd. La razón: el haberse suicidado.

Los atenienses celebraron sus honras fúnebres en la isla de Salamina. Sus habitantes aseguraron que a su muerte había surgido una flor nueva, blanca con tonos rojos y unas letras, A I,  las iniciales del nombre de Áyax. De esta manera fue mi aparición en el mundo.

Consolida ajacis roja y blanca

Y esta es mi aportación a este coloquio. Espero que os haya gustado.

Nogal. Juglans regia

NOGAL: Nos ha emocionado, Consolida, planta que los españoles llaman Consuelda.

Fresno

FRESNO: Emocionado… sí. Acto seguido va a hablar el Teucrium Polium, pequeño arbusto de aromático olor, que te cubres de una pubescencia blanca, verde o amarillenta, que habitas en lugares secos, praderas y garrigas, y eres oriundo de las regiones del Medio Oriente y del Mediterráneo.

           

Próxima lectura:

Capítulo 25

El teucrio y los viajes de Teucro

Elena Huerta Fernández para VISITARB MADRID